Hubo juegos, reflexiones y testimonios donde comprendimos que no es necesario armar grandes panoramas para unirnos y disfrutar. Las familias reflexionaron en torno a las relaciones que los niños construyen con sus padres y los padres ejercitaron la empatía con el proceso que atraviesan los hijos.

Se concluyó que a pesar de las dificultades del medio y de nuestros tiempos, es importante perseverar en la incondicionalidad del vínculo familiar y ese esfuerzo deberá expresarse en un diálogo honesto, acogedor y fecundo, pero que también implique compromisos mutuos como familia.

Valoramos y agradecemos enormemente esta oportunidad de crecimiento y encuentro. Una familia que se vincula y crece, es una familia que da soporte a hijos felices.